Historia

Descubrimiento y exploración




José Díaz Gana, explorador minero radicado en Antofagasta, encabezó una expedición con cinco hombres en busca de mineral. La madrugada del 23 de marzo de 1870 el grupo de la expedición divisó desde lo alto del Cerro Limón Verde una sierra, que sería conocida como de la Sierra de Caracoles. Al amanecer del 24 de marzo de 1870, sus cinco cateadores encabezados por José Ramón Méndez (El cangalla), empezaron el ascenso del cerro, hasta que encontraron en la Quebrada La Deseada, una piedra negruzca que resultó ser plata nativa. "Prosiguieron en seguida los cateadores de Méndez avanzando por un campo que renegreaba de riquísimos rodados, y a pocos pasos, el capataz de la cuadrilla halló la Flor del Desierto", y en pos, otra y otra veta. «Caracoles no era una mina, era una comarca de plata» según Méndez.



Díaz Gana practicó un reconocimiento minucioso del mineral, que tardó dos meses. Se reservó doce barras, seis para él y seis para su socio y habilitador, el fastuoso aventurero francés barón Arnou de la Riviére, y las restantes a los cinco cateadores.



Desde los primeros reconocimientos de los ingenieros y mineralogistas (entre ellos Enrique Concha y Toro) admitieron que no había una veta real, como en Potosí y Chañarcillo. Era un simple campo de plata concentrado en los contornos de las Descubridoras. Más allá de él, sólo había estrechas grietas saturadas por débiles cloruros de plata, que se empobrecían rápidamente al alejarse de las Descubridoras. Era pues, un mineral de corta duración.

Fuente: Wikipedia.